Gustave Eiffel realizó espléndidas obras de ingeniería en muchas partes del mundo. Se caracterizan por su monumentalidad, por la innovación tecnológica que representaron en su época, además de su utilidad, firmeza y durabilidad; sin olvidar, desde luego, la belleza que predomina en ellas. Por lo visto Eiffel no sólo adquirió extensos conocimientos de ingeniería, sino que cultivó también un refinado gusto estético, debido probablemente a la manufactura de artesanías realizada por su familia en su lugar natal. Cabe mencionar que cuando la
torre Eiffel estaba en construcción, y aun después, hubo abundantes críticas
provenientes de escritores, escultores, arquitectos, poetas y pintores;
incluso en el diario parisino Le Temps se publicó el 14 de febrero de
1887 una airada "Protesta de los artistas", en la que se
rechaza la erección de tan inútil y monstruosa torre: Escritores, escultores, arquitectos, pintores y aficionados apasionados por la belleza hasta aquí intacta de París queremos protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés mal apreciado, en nombre del arte y de la historia franceses amenazados, contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa Torre Eiffel [...] ¿La ciudad de París seguirá por más tiempo asociada a las barrocas y mercantiles imaginaciones de un constructor de máquinas para deshonrarse y afearse irreparablemente? Pues la Torre Eiffel, que ni la misma y comercial América querría, es, no lo duden, la deshonra de París. Todos lo sienten, todos lo dicen, todos se afligen profundamente, y no somos más que un débil eco de la opinión universal, tan legítimamente alarmada. Con el paso del tiempo ese juicio tan severo se fue modificando hasta el momento en que la torre Eiffel es considerada prototipo de belleza y distinción. Este caso ejemplifica bien cómo cambian los gustos y la valoración artística a través de los años.
En Baja California
Sur existe la creencia de que la iglesia de Santa Bárbara, en el poblado
costero de Santa Rosalía, situado a la mitad de la península sobre el
Golfo de California, constituye una de las obras salidas de los talleres
de Eiffel a fines del siglo XIX; sin embargo, esto no ha podido ser
comprobado a pesar del gran parecido que tiene su estructura con las que
se le conocen a Eiffel. Museo Universitario del Chopo Iglesia Santa Bárbara
Gustave Aleixandre Eiffel (1832-1923)
Gustave Eiffel es un personaje extraordinario en la historia de la ingeniería; destacó como diseñador, constructor, por sus avances tecnológicos y por su versatilidad, ya que participó en el desarrollo de la radiodifusión e hizo valiosos aportes en materia de aerodinámica. En su larga trayectoria demostró una gran creatividad expresada en cada una de sus obras, y en las que reflejó también su gusto estético. Es
conocido mundialmente por la torre Eiffel, situada en París, y que ha
llegado a ser un importante símbolo de la también llamada Ciudad Lux.
Realizó la construcción de otras grandes obras, entre las que destacan el
puente Maria Pia sobre el río Duero en Oporto, Portugal; la estación de
ferrocarriles de Budapest y el Viaducto de Garabit, en Francia.
Gustave A. Eiffel Gustave nació en Dijon, Francia, en el seno de una familia dedicada a la creación de artesanías y al comercio de carbón. En su ciudad natal realizó estudios en el Licée Royal; y más tarde, en París, los continuó en el Collège Sainte-Barbe y en la École Centrale des Arts et Manufactures, donde se graduó en 1855. En 1856 empezó a trabajar como auxiliar en las construcciones ferroviarias, y posteriormente laboró en una fábrica de máquinas de vapor y herramientas. De 1857 a 1860 dirigió la construcción del puente de Burdeos, trabajo que desempeñó exitosamente. En 1862 se casó con Marie Gaudelet, con quien procreó cinco hijos. Eiffel decidió, en 1866, formar su propia empresa constructora, especialista en estructuras metálicas; e instaló sus talleres en Levallois Perret, de donde salieron los elementos prefabricados para la construcción de unas 160 obras: puentes, mercados, viaductos, fábricas, esclusas, escuelas, talleres, etcétera. Con su prestigio en aumento y una demanda cada vez mayor por las construcciones de hierro, fue contratado para realizar obras monumentales tanto en su país como fuera de él. En 1870, durante la guerra franco-prusiana, fue llamado al ejército como sargento en la Guardia Nacional. De 1872 a 1874 desempeñó trabajos en Chile, Bolivia y Perú. Volvió a Europa para construir la estación ferroviaria de Budapest, Hungría En 1876, en Portugal, dirigió la construcción del puente Maria Pia; tiene 353 metros de largo, y le otorgó fama internacional por la utilización de nuevas técnicas para construir estructuras metálicas, que en ese entonces eran cada vez más solicitadas para las grandes obras. Una de ellas es el viaducto de Garabit, en Francia, de 122 metros de altura y de forma parabólica; obra que aumentó aún más la celebridad de Eiffel.
Puente de María Pia Viaducto de Garabit
De 1881 a 1882 trabajó en la construcción del puente de Szeged, en Hungría, y en la estructura de la estatua de la Libertad de Nueva York. Al mismo tiempo desarrolló la técnica de los puentes portátiles, muy útiles para compañías ferroviarias, ejércitos en campaña y para caminos vecinales; su empresa suministró cuatro mil metros de puentes que podían ser ensamblados por doce hombres en pocos días. Estatua de la Libertad encontrada en Francia
Con sus colaboradores, Emile Nouguier y Maurice Koechlin, emprendió en 1884 el proyecto de la gran torre, de 300 metros de altura; en 1887 inició su construcción y terminó en 1889. La torre Eiffel sirvió como puerta monumental, por la que pasaron dos millones de personas a la Exposición Universal que conmemoró el centenario de la Revolución Francesa.
Torre Eiffel
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